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¿Mi perro es agresivo o están invadiendo su espacio personal?

Hace aproximadamente dos años tenía un perro con una socialización fenomenal. Aguantaba todo tipo de situaciones, perros y circunstancias. Y yo, despreocupadamente, le metía en todo tipo de aglomeraciones y ajetreos pensando en que le proporcionarían más experiencia y aguante. El caso es que un día reventó. Después de que le atacaran varias veces, le intentaran montar todo tipo de cachorros, le explotaran petardos y globos a escasos metros y le pisaran el rabo por doquier, dijo que ya no aguantaba ni una tontería más de nadie.

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Sobre la altura en los vaults

El otro día, en un grupo de Facebook, se planteó una interesante pregunta sobre los efectos a largo plazo del Disc Dog en las articulaciones de nuestros perros. Casi la totalidad de los comentarios que se hicieron fueron, a mi parecer, muy acertados. Tanto los que se referían a la altura, el no realizarlos demasiado, el reforzar con ejercicio físico, etc. Pero hubo uno en concreto que me dejó pensativo.
Una persona, a la que no le falta criterio y es extremadamente cuidadosa con sus perros, comentó que en muchos entrenamientos se oye la frase «lanza el disco más alto que el perro te lo pide».

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Por supuesto, estoy de acuerdo con él en que enviar el perro a una mayor altura, simplemente porque puede saltar más, es un craso e irresponsable error. Pero luego analizando la frase, el contexto y recordando los felices días en los que Scott y yo entrenábamos he caído en la cuenta de que estas cosas habría que matizarlas para no caer en el «extremismo» que tanto daño hace. Cuando las teorías se aplican a la práctica surgen otros factores que debemos tener en cuenta.

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