Perros Atrapapatatas

Perros Atrapapatatas

Aunque lo pueda parecer, no se trata de una raza de perro griega o lituana. Los atrapapatatas son una especie engendrada por mérito y esfuerzo de los discdoggers aprendices. Y son una frágil joya sobre la que pende el mazo de la inexperiencia.

potatocatcher

Por lo general, la mayoría de nosotros, discdoggers, hemos tenido un Potatocatcher al principio de nuestra fructíferacarrerallenadeincontableséxitos . Básicamente, ninguno nace sabiendo y, por mucho que queramos aparentar lo contrario, nuestros inicios han estado llenos de discos flácidos, mal colocados, sin giro y dios sabe qué más. Así que nuestro primigenio compañero se enfrentaba a dos alternativas: partirse el cuello por agarrar lo que saliera de nuestras inexpertas manos o abocarse a la frustración de recoger discos cargados de tierra y lombrices. Scott fue un maravilloso atrapapatatas que antepuso el juego ante cualquier decepción. Loados sean los Border Collies.

Ahora bien, en el momento en que, a base de práctica, experiencia y tesón, afinamos nuestra precisión y aprendemos como conseguir que nuestro perro no falle por méritos humanos, colocando los discos en ese sitio exacto donde sabemos que estará en décimas de segundo (bendito sea el timing) el instinto patateador se marchita cual flor sin agua. Scott, por ejemplo, se volvió vago…Bueno, no puede considerarse hacerse vago a correr a toda velocidad a donde considera que tienes que colocar el disco. Más bien, confiado, ya que cuando jugaba con niños, seguía permaneciendo atento a la obtusa dirección que pudiera tomar el disco al más puro estilo del pastoreo escocés que supuestamente corre por sus venas.

Por un lado, me enorgullece la confianza de Scott corriendo a la zona de bonus sin poner en duda que el disco caería allí… O debería caer allí, claro, porque luego el disco no llega, se va hacia un lado o sube más de la cuenta… Yo no soy perfecto y Scott se despistaba. Eran otros tiempos.

Luego llegó Jett. Y yo, había aprendido bastante, gracias a mi buen escocés. Desde su primer día intenté que no existiera frustración alguna. Colocar todos los discos en su sitio. Evitar los fallos por mi mala ejecución. Que nunca hubiera una posibilidad de lesión. Buenos apoyos, flips colocados, lanzamientos a corta distancia… Y de repente veo que los discos que no le vienen a huevo… ¡Los rechaza! ¡Me @#¢¬ en sus muelas!

Con el tiempo y con ciertos ejercicios hemos conseguido que esto pase pocas veces (aunque sigue pasando). No deja de ser un poco desesperante el tener un perro que te exige una precisión pluscuamperfecta mientras otros perros recogen una auténtica lluvia de albóndigas. A veces añoro el tener un atrapapatatas.

Así que surge la duda… ¿Quizás es mejor no lanzar bien y dejar que el perro se lleve el mérito y se convierta en un «atrapa todo»? Aquí llega el verdadero sentido de toda esta historia.

LANZAR BIEN ES IMPRESCINDIBLE DESDE EL PRIMER DÍA.

En primer lugar, nunca pondrás a tu perro en peligro. Partiendo de que nadie es perfecto, la altura de mis vaults está medida con escuadra y cartabón, rara vez lanzo un matagusanos (discos mal lanzados hacia el suelo, terribles para los trapecios y posibles torceduras en el tren anterior), y procuro jugar pensando en el viento para que no me haga malas jugadas en los flips. Entreno más veces solo que con el perro. Esto es solo un ejemplo. Si quiero que mi perro aprenda a atrapar discos difíciles, se los coloco medidos en el sitio donde sé que le va a costar, pero en el que no va a haber riesgo alguno para su integridad física. Y aún así, fallo algunos discos.

Aquellos que hemos tenido un atrapapatatas, hemos sido doblemente afortunados. En primer lugar por tener un perro que no se frustró y que creció ante la adversidad convirtiéndose en una auténtica Catching Machine. Pero, sobre todo, porque no sufrió ninguna lesión grave debido a nuestra inexperiencia.

Me alegro de que Jett no haya pasado por ello. Aunque sea una bocablanda. Prefiero que rechace un disco mal lanzado a que se arroje contra unos árboles y pueda partirse el cráneo. Y partiendo del hecho de que la salud de vuestro perro depende de nuestra precisión, NUNCA SE ENTRENA SUFICIENTE porque solo se admite la perfección. Así que, sed autocríticos y mejorad cada día. Aprovechad vuestro atrapapatatas sin ponerlo en peligro.

Y si no tenéis uno, pues a resignarse y a trabajar el doble… ¿Verdad «muyayo»?

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